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viernes, 14 de agosto de 2009

El ejercicio no es efectivo para perder peso




Esas son las palabras de un destacado investigador y encargado del grupo de diabetes y metabolismo de la Universidad Estatal de Luisana, quien afirma que recientes estudios no consideran al ejercicio físico como una gran ayuda al momento de perder peso.


Sin embargo, aquí es necesario aclarar que se está perdiendo de vista el efecto a largo plazo del ejercicio sobre el gasto calórico y los beneficios de la actividad regular sobre la salud, ya que no podemos tener una visión tan simplista de decir que en una investigación las mujeres activas no perdieron peso en comparación con el grupo sedentario.


Realizar actividad física puede incidir indirectamente sobre el adelgazamiento y soy testigo de eso, ya que al relajarnos, liberar endorfinas y mejorar nuestro humor, también colabora en el control de la ingesta alimentaria.


Además, el peso puede no modificarse pero si la composición corporal a favor de nuestra salud, ya que incrementar masa muscular implica grandes beneficios para el organismo.


Por otro lado, la forma física mejora, aunque nuestro peso se eleve, y con ésta, se incrementa el autoestima de la persona. La circulación sanguínea resulta favorecida con el ejercicio y así, disminuye el riesgo cardiovascular.

Ejercitarse con regularidad es un factor crucial si queremos llevar una vida sana, ya que muchos son los estudios que comprueban que la actividad física nos protege de enfermedades y produce cambios positivos en el organismo, no obstante, puede no incidir directamente sobre el adelgazamiento y ésto no quiere decir que no movernos será de más utilidad para perder peso, sino que indica que tenemos que tener una visión más amplia de los efectos que produce la ejercitación física sobre nuestra salud.


viernes, 17 de julio de 2009

Harta



Pues sí! Y no será porque no me cuido. Vale que he estado un poco a mi aire últimamente, pero llevo dos semanas "portándome muy bien". Como sano, en cantidades adecuadas...

Pero mi báscula no lo nota!!!

Y eso que voy viendo que la ropa me queda un poquito más holgada, pero no hay manera. Me peso por la mañana y me da un bajón... Bueno, igual no tanto, quiero decir que no me deprimo y esas cosas, pero sí que me desmotivo bastante.

Y eso que sé cómo va mi cuerpo, que lo que hace es normal, pero es durillo.

¿Sabéis dónde noto que adelgazo? Cuando voy a cocinar o a fregar y me pongo el delantal. Es de esos que se atan detrás, pero como el lazo es muy largo lo cruzo en la espalda y me lo ato por delante. Hace unos meses justo justo me lo ataba y daba una pequeña lazada. Pues cada vez me sobra más cinta después de atar y enlazar. Y me da una alegría...

De momento sigo en la raya del 87, arriba y abajo. A ver si pronto os doy alguna noticia de cambio, que tengo unas ganas...

martes, 14 de julio de 2009

Alimentos que nutren el cerebro


He encontrado este artículo que quería compartir. Trata de diversos alimentos y los nutrientes que contienen idóneos para alimentarse bien y cuidar el buen funcionamiento del cerebro. A lo que propone yo añadiría que, para que estos alimentos conserven todo su valor nutricional cuando nos los llevemos a la boca, que sean comidos "lo más crudo" posible. Esto es, sin que se pasen cociendo. Los pescados se cocinan enseguida y las verduras deberían tener un puntito crujiente. Todo lo que se pueda comer crudo es una orgía nutricional para nuestro organismo. Siempre es buena idea la cocina al vapor y a la plancha. Los brotes son verdaderos almacenes de nutrientes al alcance de nuestra mano. Espero que el artículo os sea interesante.


A quién no le ha sucedido que de repente pierde la atención acerca de algo, se distrae y no se concentra. La causa de ésto puede estar en muchos factores y la alimentación es una de éstas, por eso, te mostramos algunos alimentos que nutren el cerebro.

Una ingesta variada de alimentos, especialmente algunos ricos en nutrientes específicos, pueden favorecer el funcionamiento cerebral y apartarnos de la distracción, la falta de atención o la lentitud al momento de pensar y accionar.

Si quieres impulsar el funcionamiento del cerebro y alimentarlo inteligentemente, éstas son algunas de las opciones:

* Cereales integrales y jugo de naranja: Ambos alimentos pueden combinarse en un rico desayuno para nutrir al cerebro, ya que son ricos en ácido fólico, una vitamina que ha demostrado contribuir a una buena memoria y al procesamiento rápido de información. Otros alimentos en los cuales encontramos folatos son la soja, las lentejas, el brócoli.

* Maní y coliflor: el producto del metabolismo de la colina, sustancia que se encuentra en éstos alimentos, ha comprobado impulsar la energía menta y favorecer el funcionamiento eficaz del sistema nervioso. Por eso, a diario podemos consumir colina mediante los maníes o el coliflor.
Brócoli, brotes y espinacas: éstos ingredientes pueden formar una nutritiva ensalada para el cerebro, ya que se ha demostrado en un estudio realizado en Harvard que las crucíferas y verduras de hojas verdes conservan mejor la memoria.

* Bayas, uvas y ciruelas: los antioxidantes contenidos en éstas frutas, además de las antocianinas, su pigmento, pueden revertir la pérdida de memoria asociada a la edad y reducir la pérdida de células cerebrales. Además, la quercetina produce similares beneficios. Así que, a diario puedes ingerir uvas, manzana roja, arándanos o ciruelas para disfrutar de un cerebro en condiciones.

* Salmón y sardinas: muchos estudios han puesto de manifiesto que los ácidos grasos omega 3 contenidos en los pescados azules favorecen el funcionamiento cerebral y permiten conservar una memoria en condiciones.

Éstos son los principales alimentos que debes incluir en tu dieta si quieres mantener tu memoria, concentración y funcionamiento cerebral en condiciones.

Además, llevar una vida sana en general, alejada de los excesos y drogas, permite conservar una mente y cuerpo saludable por largo tiempo.

Fuente: shine.yahoo.com
En BlogNutrición: La vitamina B12 protege nuestro cerebro
En BlogNutrición: El pescado alimenta el cerebro

Este post ha sido publicado originalmente en BlogNutricion.com- Todo lo que te interesa sobre nutrición, salud y dietas.

lunes, 13 de julio de 2009

21 días sin comer



Anoche reponían este programa y aproveché para verlo.

No me cogía de nueva. Va a hacer diez años que hice mi formación como terapeuta de familia y el máster lo dirigía el equipo que trabajó en Guipúzcoa la baremación y adaptación de las baterías de tests y programa terapéutico de lo que ya era un boom en Inglaterra. Vimos a muchas chicas con trastornos de alimentación y a sus familias, tanto para evaluar el trastorno como para llevar la terapia dentro del programa. Me empapé mucho de esta problemática que atañe (igual que los distintos trastornos adictivos) no sólo a la enferma sino a su familia, cuyas dinámicas suelen ser causa y consecuencia del trastorno.

Os pongo aquí un link a la página de la cadena por si no conocéis el programa: http://www.cuatro.com/21-dias/reportajes/2-21-dias-sin-comer/

Aunque ya conocía la problemática me impresionó mucho el progresivo deterioro psicoemocional de la periodista en tan sólo 21 días.

Para conocer de primera mano cómo viven las personas aquejadas de este trastorno se propuso no comer en todo ese tiempo más que agua e infusiones.

Un equipo médico le hizo un seguimiento físico y psíquico. La psicóloga Rosa Calvo con la que habló, le advirtió desde un principio de lo sencillo que es habituarse (engancharse) a adelgazar. El cuerpo, lejos de sentirse deprimido va entrando en una dinámica de aumento de energía que culmina en una hiperactividad. La falta de alimentación provoca desórdenes psíquicos con síntomas depresivos como tristeza; pensamientos obsesivos en torno a la comida, el peso; pensamientos distorsionados en relación al aspecto y las espectativas que se tienen de él. Y otras cosas más que veréis si tenéis ocasión de ver el programa. No tiene desperdicio porque es lo mismo que vi yo en el programa en el que participé y porque es exactamente lo que le sucedió a Samanta Villar, periodista y presentadora del programa.

Ella misma se sorprendía de lo sencillo que le resultaba el ayuno. Lo agradable que es perder peso y sentirse llena de energía (sobre esto hablaremos en otro post, las toxinas que acumulamos en el cuerpo, sus consecuencias y los bien que se siente uno cuando se las quita de encima), lo que mosquea subirse a la báscula y ver que no se ha bajado todo el peso que se pensaba...

En 21 días adelgazó 6 kilos. Bajó dos puntos del índice de masa corporal, por debajo de lo sano. Tenéis aquí un vídeo donde explican esta parte: http://www.cuatro.com/21-dias/videos/21-dias-samanta-pierde-kilos-muestra-ansiedad/20090302ctoultpro_35/

6 kilos no son tanto, y sin embargo, sus niveles de ansiedad aumentaron drásticamente. Ella misma admite que comienza a no ver dónde están los límites entre lo sano y la enfermedad. Comienza a desear continuar con la dieta (porque ella se ve muy bien así). La psicóloga le recomienda parar aquí porque está en el comienzo de un trastorno real y lo más grave es que ella misma comienza a no ser consciente de ello.

Lo que más claro quedó es algo que se sabe desde el principio que se comenzó a tratar esta enfermedad: que es un cuadro sistémico que afecta a muchos sistemas de la persona (físico, psíquico, emocional, bioquímico, social, familiar...) y que se retroalimenta afectando a cada sistema como las ondas que hace una piedrita lanzada a un estanque. Pero que, el primer paso para la sanación es lograr que estas personas recuperen el peso adecuado a su altura porque si no se da este requisito, es imposible reconducir los síntomas depresivos asociados. Ya que una mente sana sólo se da en un cuerpo sano. Y es primordial tener un peso adecuado para que la mente está en forma, si no. la terapia está condenada a fracasar.

Esto para que seamos conscientes de lo que supone bajar peso de golpe, sin una dieta equilibrada, sin un apoyo emocional. Meterse en un trastorno de alimentación es la cosa más sencilla del mundo. Salir de él puede suponer años y años de sufrimiento.

Esto para que nos achuchen para hacer dieta, para "caber" en unos patrones de moda que dentro de unos años cambiarán, para entrar por el aro de lo estéticamente correcto.

lunes, 6 de julio de 2009

El aporte nutricional de las semillas de girasol






Desafortunadamente las semillas de girasol gozan de mala reputación. No porque se dude de sus beneficios, sino que debido a una concepción errónea que sostiene que éstas son un alimento que engorda y que consumido en exceso es capaz de generar sobrepeso.


Sin embargo, esto no es más que un error infundamentado. Las semillas de girasol no contienen grasa, sino que contienen aceite vegetal, el cual no se almacena como grasa en nuestro cuerpo. Pero además de destacarlas por negativa, quisiera hablar de los beneficios de las semillas de girasol de forma explícita


Solamente 100 gramos de semillas de girasol pueden cargar tu cuerpo con la energía que necesita. Esta cantidad contiene 49g de aceite vegetal, 22g de proteínas, 10.5g de fibra y 2.5g de azúcar, un cóctel energético natural que te proporcionará la energía que precisas para activarte.


Además de esto, este alimento contiene muchos nutrientes y que las convierten en un magnífico agente nutricional. Zinc, sodio, hierro, calcio, fósforo, magnesio, potasio, manganeso, riboflavina, etc. Además, su aporte de vitaminas E y C es sustancial, sobre todo en relación con la primera.


Si creías que las semillas de girasol iban a ir en contra de tu dieta, te habrás dado cuenta de que estás equivocado. Una ingesta moderada de semillas puede ser lo que necesitas para comenzar tu día, y, por supuesto, para antes de ir al gimnasio.


sábado, 4 de julio de 2009

Sobrealimentar al bebé puede provocar obesidad infantil


Un estudio muestra que alimentar en exceso a un niño durante los primeros seis meses de vida supone un 40% más de probabilidades de que sea obeso a los tres años. Parece, por tanto, una de las formas más sencillas de luchar contra la obesidad.

Hace años, en épocas de pobreza y desnutrición en los países actualmente desarrollados, tener un niño gordito era sinónimo de garantía de salud: tendría más defensas en caso de enfermedad y se alejaba el fantasma del raquitismo. Esta situación ha cambiado, pero no en algunas mentes, por desgracia.

Una investigación relaciona de forma clara una ganancia rápida de peso durante los primeros seis meses de vida con obesidad a los tres años. Ha sido realizada en la Universidad de Harward y el Hospital Infantil de Boston (ambas instituciones, en Estados Unidos), publicada en la revista "Pediatrics" y coordinada por Elsie Taveras, de la mencionada universidad.

Los investigadores analizaron a 559 niños. Les midieron y pesaron al nacer, a los seis meses y a los tres años, y encontraron una relación entre la rapidez con que ganaron peso durante los primeros meses y ser obesos a los tres años. Un ejemplo es ilustrativo: si dos niños nacieron con el mismo peso, una diferencia de tan sólo 700 gramos a los seis meses (8,4 kilos, frente a 7,7; es decir, sólo un 9% más) supone, para el primer niño, tener un 40% más de probabilidades de ser obeso a los tres años.


La relación es tan concluyente y el problema tan grave, que sería absurdo no hacer nada. La propia Taveras indica que "los primeros meses de vida son un periodo crucial para tomar las medidas necesarias y evitar que el bebé se convierta en un niño sobrado de kilos". Como se sabe, es muy probable que esta obesidad infantil se convierta en obesidad de adulto, con lo que la cuestión toma dimensiones aún mayores.

El problema de la obesidad es grave y difícil de resolver, pero pocas veces nos encontraremos con una situación en la que sea tan importante (y tan fácil) la prevención. Con independencia de que las autoridades sanitarias tomen las medidas que consideren oportunas, nosotros, como particulares, deberíamos hacer un seguimiento estricto de la evolución del peso de nuestro hijo recién nacido.

Bajo control médico, debemos poner el máximo interés en darle la alimentación más adecuada (otros estudios relacionan la lactancia materna con prevenir la obesidad infantil) y evitar que engorde en exceso. Cuando sea mayor, seguro que nos lo agradecerá.

Artículo elaborado por Adelgazar.Net en junio de 2009,a partir de informaciones del diario El Mundo

http://www.adelgazar.net/n09064-alimentacion-infantil-y-obesidad.htm

sábado, 27 de junio de 2009

Las emociones



Nuestras emociones nos pueden jugar una mala pasada a la hora de hacer dieta. Y no sólo porque determinados estados emocionales nos pueden llevar a consumir dulces, comida rápida y otros alimentos que no nos van nada bien para nuestro exceso de kilos.

Las emociones que vivimos y que vivenciamos a través de la comida se fijan en nuestro cuerpo de manera perenne como las emociones que son.

Así, si estamos inmersos en una depre y nos comemos unos pastelitos para endulzarnos la tristeza que nos embarga se fijará en el depósito de grasa que se produzca. Como si nos fuéramos poniendo capas de "plastilina". Aquella tarde que estábamos tan tristes; aquel amor que pasó de largo; aquella amiga que nos defraudó tanto; aquel trabajo del que nos echaron sin motivos claros... Tristeza, rabia, dolor, miedo, duda, desprecio... Todo queda almacenado en nuestro cuerpo energético.

Por eso es tan difícil adelgazar, porque a medida que nos quitamos capas de grasa vamos sacando a la luz todas esas emociones que estaban tranquilitas protegidas por nuestra grasa corporal que al ir desapareciendo va sacando a la luz.

Si somos capaces de enfrentarnos a ellas y ganar la partida, conservaremos los kilos de más que nos hemos ido quitando. Si no, volveremos a recubrirlas y adormecerlas para no escuchar sus voces y poder vivir tranquilos.

La obesidad es el mal menor que hemos de soportar por no enfrentarnos a nuestros fantasmas emocionales.

martes, 23 de junio de 2009

Raquel Nogués: “Comer es una gran válvula de escape”

Me han hecho llegar este artículo y me ha parecido tan bueno que os lo comparto:




–¿Está superada la moda de estar extremadamente delgados?

--Ha cambiado. A mí me siguen pidiendo dietas para perder peso, pero ya no está de moda estar muy delgado. Las actrices de moda tienen de todo y bastante, las mires de frente o de perfil. Desde Catherine Zeta-Jones hasta Scarlett Johansson o Penélope Cruz. Y ellas son modelos que marcan tendencia. Pero una cosa es que sobren unos kilos y, otra, la necesidad de perder mucho peso por motivos de salud. Por obesidad.

–¿Qué debería hacer un obeso?

--Lo contrario de lo que suele hacer:no someterse a pérdidas de peso rápidas, porque no las podrá mantener. Esas personas necesitan verdaderos cambios en la forma de alimentarse, y asumir que la tendencia a engordar la tendrán toda la vida. Yo doy pautas para frenar esa tendencia y mantenerla a raya.

–¿Cuál es su modelo de dieta?

--La que contiene todos los alimentos. Todos, aunque repartidos en varios días. No podemos hacer dietas ideales de un día, porque no se puede comer en 24 horas todo lo conveniente. Mis dietas llevan carne, pescado, legumbres, pasta, arroz... La única condición es que no se puede comer de todo siempre que apetece y en la cantidad que queremos.

–¿Habla de combinar los alimentos de forma distinta a la habitual?

–No. Hablo de no comer cada día alimentos que en porciones muy pequeñas concentran mucha energía.Por ejemplo, las patatas fritas. No están prohibidas, y tampoco los huevos fritos, pero no podremos cenar cada día huevos y patatas fritas.

–Eso no sería una dieta disociada.

–No. La dieta disociada no permite mezclar ciertos alimentos en una misma comida. Por ejemplo, si tomas un plato de arroz –hidratos de carbono– no puedes comer, de segundo plato, carne o pescado. Esa separación, llevada al extremo, hace adelgazar, porque quien la sigue, en la práctica, lo que hace es comer básicamente proteínas, eliminando verduras e hidratos. Adelgaza, pero es una dieta desequilibrada.

–¿Y si no se lleva al extremo?

–Entonces, hasta cierto punto, una dieta disociada no está mal. Nuestras abuelas ya aplicaban ese estilo alimenticio: el día que había paella en casa era plato único, acompañado de una ensalada de lechuga. Cuando yo diseño una dieta de esas que llevan de todo siempre digo: «El día que coma pasta, no tome carne de segundo plato, sino ensalada».

–Se trata de separar, no de evitar.

–Claro. Si comes proteína por medio de un plato de legumbres o arroz, no necesitas volver a comer proteína después. Pero, si eso te lleva a comer dos bistecs y tres espárragos a mediodía, ya no estoy de acuerdo.

–¿Cuál es el principio científico que explica que esa dieta no engorde?

–No se sustenta en ningún principio científico. Simplemente, si comes un plato de arroz y después un cuarto de pollo, te alimentas más y engordas. Y si comes la mitad, adelgazas. Pero, insisto, en la práctica, quien sigue una dieta disociada no come arroz a mediodía y pescado por la noche, que sería lo adecuado, sino que evita los hidratos y toma proteína a todas horas.

–¿Cuál es su filosofía dietética?

–La de ir cambiando de alimentos sin prohibir ninguno. Si a un señor le apasiona el queso, no se lo puedes prohibir, porque, tarde o temprano, comerá queso. Le debes proponer que lo tome solo el domingo. Cosas lógicas. No es una filosofía mía, es un consejo universal.

–¿Triunfa su mensaje?

–Muy poco. No tenemos ninguna capacidad de convicción. Los anuncios de dietas extremas que ponen en peligro la salud tienen mucho más éxito que los nuestros. Ahora, por ejemplo, existe una dieta que está siguiendo media Barcelona, que consiste en comprar unos sobrecitos de proteínas que se han de tomar con minúsculas porciones de verdura. ¿Qué consiguen? Se pierde mucho peso en las primeras semanas.

–¿Y en las siguientes?

–El exceso de proteína provoca un aumento de acetona y ese desequilibrio, que se percibe en el aliento, quita el hambre. La pérdida de peso puede ser brutal el primer mes --de hasta 10 kilos– y, encima, no tienen hambre. Si se mantiene, esa alteración química es muy dañina, sobre todo si quien sigue la dieta es obeso y cardiópata. Y, además, no cambia los hábitos alimentarios.

–¿Su dieta, sí?

–Sí. Pero, haciendo lo que yo digo, tal vez perderán 12 kilos en un año, no en un mes. ¡Y es fantástico! Porque están aprendiendo a alimentarse bien. Pero eso no tiene atractivo.

–¿Qué función psíquica cumple la alimentación?

–¡Total! Nuestra sociedad todo lo celebra en la mesa, ya sea un negocio o una boda. Comer es una gran válvula de escape cuando estás nervioso. La persona tranquila lo tiene más fácil para comer con equilibrio.


Fuente: http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=623691&idseccio_PK=1006&h=090623

La báscula engaña

No siempre la báscula refleja la realidad de lo que somos. Refleja el peso, pero nada más. Hay momentos en los que es más fiable dejarse guiar por la ropa y cómo nos queda que por uno de estos aparatitos.

Para bajar peso, una de las actividades que se suele recomendar es hacer ejercicio. Ocurre que al hacer ejercicio los músculos se fortalecen aumentando de tamaño, de peso y contribuyendo a que el peso global de la persona aumente también. Si te sumergiste en una dieta con ejercicio tendrás que tener un poco de paciencia para ver los resultados en la báscula.

Así mismo, las mujeres tenemos unos días al mes, los previos a que nos venga el periodo, en los que acumulamos líquidos. En esos días podemos llegar a aumentar nuestro peso hasta en 2 kilos. Afortunadamente, en cuando pase el periodo se irán también y podremos ver reflejado en la báscula una cantidad más aproximada a nuestro peso.

Parece que a la hora de adelgazar todo son escollos...

sábado, 20 de junio de 2009

Seguimos adelante




Difícil, difícil se me está haciendo regresar al peso que tenía antes de irme de vacaciones. Bueno, puedo decir en estos momentos que ya casi estoy. Cada vez que me peso, mi báscula fluctúa a un lado y a otro del 87, llevando ya tres días que queda del lado izquierdo, esto es, que peso algo menos de 87 kg. Igual 87'800 o algo así. Mi báscula es muy vieja y no distingo bien las rayitas recién levantada con las legañas todavía puestas.


No lo llevo mal, ya que sí noto la ropa bastante suelta. Ayer me puse una camiseta de tirantes y noté que me sobraba tela por algunos sitios, cosa que no me ocurría antes.


¿El truco? Pues ocurre que estos días mi marido por motivos de trabajo no come con nosotras y al tener que estar más pendiente de la niña y tardar más en comer, mi sensación de saciedad se activa y me avisa cuando voy llegando al límite. ¡¡Esto está muy bien!! Sobre todo porque soy yo quien para, sin quedarme con las ganas de comer un poco más... Qué curioso. Comemos más si comemos acompañados, como si nos mimetizáramos con la persona que tenemos enfrente. Y como nos toque alguien con un saque mayor que el nuestro... ¡estamos perdidos!


Mi cuerpo baja peso en etapas de bajada de volumen sin que se note en la báscula junto a otras en las que la báscula registra (¡por fin!) que efectivamente peso menos y el trabajo ha sido eficaz.


Así que voy a por mi siguiente objetivo: bajar de los 86 kg.


¡¡¡Ya os contaré!!!

lunes, 15 de junio de 2009

La cuna vacía: El doloroso proceso de perder un embarazo



Hoy no vengo a hablaros de dietas sino de algo muy especial que me ocurrió la semana pasada: La publicación de este libro que os muestro, del que soy coautora.

Es un libro dedicado a un tema muy concreto: Las pérdidas de bebés durante el embarazo y en el periodo que rodea al nacimiento. De cada tres embarazos uno termina en pérdida y hasta ahora no había ningún manual en el que se orientara un poquito a los padres sobre cómo sobrellevar un trance tan duro. Como no os quiero meter aquí una chapa, os doy unas direcciones donde podéis leer un poco más acerca de él.

La ficha es:
M. Àngels Claramunt, Mónica Alvarez, Rosa Jové y Emilio Santos: La cuna vacía, el doloroso proceso de perder un embarazo. Editorial La esfera de los libros 2009. Precio: 18€

O pedirlo en la librería que prefieras. Si no lo tienen te lo pueden traer.

Espero que con todo os podáis hacer una idea.

Un abrazo!!

domingo, 7 de junio de 2009

Cantidades de comida


Yo también te entiendo. Es frustrante ver cómo la gente a tu alrededor come cantidades ingentes de comida y tan tranquila, y tú, con la mitad te has llenado y encima se te pega en todas las partes de tu anatomía... Es desalentador. Yo también he comprobado que me va mejor comer cantidades más pequeñas. De hecho, yo de niña comía muy poco, o al menos de eso se quejaba todo el mundo. A partir de los 7 años algo cambió en mi metabolismo y comencé a comer "bien" y a engordar.


Es muy distinto la cantidad que los demás opinan que hemos de comer y la que realmente necesitamos. Esto lo veo cuando voy a comer a casa de según qué familiares. Si no comes un plato hasta arriba de lo que sea, es que no comes suficiente. Pues pinta de desnutrida no tengo, creo yo. Es curioso cómo cuando como en casa de mi familia el mensaje es "no comas tanto" pero si como en casa de mis suegros lo que escucho es "¿Seguro que no quieres más?"


Nuestra generación fue marcada por una generación de madres que creían que si no nos atiborraban de comida nos íbamos a morir de hambre o poco menos. Así, aprendimos a comer cantidades más grandes de las que realmente necesitamos. Metabolismos más activos lo pueden soportar, pero los nuestros... pues se ve el resultado en los michelines.


Por eso, más que hacer dieta busco reencontrarme con ese instinto que me dice "basta, no necesitas comer más". Sé que en vacaciones cojo peso porque me pongo nerviosa cuando estoy fuera de casa, me embalo, y para cuando me doy cuenta me como todo lo que tenía en el plato (que es otra de las conductas que tenemos grabadas en el disco duro) o lo que había en la bandeja de picar, o lo que sea. Me paso con la cantidad.


Por eso se recomienda comer despacio, para que la sensación de saciedad llegue al cerebro a tiempo. Como tarda un poco, si comes muy rápido, para cuando llega ya te lo has comido todo y has metido mucho más de lo que necesitabas.


Mira, comimos un día en casa de unos familiares. Pusieron para picar y de primero una ensaladilla que ya vino servida de la cocina. Era un plato con una ración inmensa. Me lo comí todo. Estaba bueno, pero igual no hubiera necesitado tanto. Sirvieron el segundo plato, pollo asado. Iba a comer cuando mi hija se despertó de la siesta y la tuve que coger, estar con ella, etc. Para cuando pude volver a la mesa, fui consciente de que no necesitaba comer más, ya estaba llena. Así que pude decir basta y dejar lo que tenía en el plato.


Ahora se trata de volver a la rutina con las cantidades que realmente necesito. Poco a poco lo estoy haciendo y parece que la báscula lo nota. Así fue al menos hace un par de mañanas. Lento, pero seguro.


Más que por eliminar los kilos, luchamos por eliminar un montón de convencionalismos sociales que tenemos grabados en el disco duro. Parafreaseando aquel anuncio no nos pesan los kilos, sino la cantidad de piedras que llevamos a la espalda en nuestra mochila emocional.

jueves, 4 de junio de 2009

Mimándome

Está siendo una semana difícil. Entre el regreso a la rutina y que, por motivos personales, ando un poco alterada, me estoy tomando con calma esto de la dieta.

Estoy disfrutando mientras cocino para mi familia mientras veo cómo disfrutan ellos comiendo.

Me estoy dando un tiempo de calma para volver a la dieta, pues no me veo ahora mismo inmersa en la exigencia que supone. Sin embargo compruebo que voy regresando poco a poco al peso que tenía antes de irnos (no he podido evitar pesarme). Así que estoy contenta.

Encontré el artículo anterior y lo leí encantada, pues conozco personas que llevan toda la vida a dieta y no ha cambiado su aspecto físico. Bueno sí, la mayoría luce algún kilo más que cuando comenzó.

Estoy bastante harta de que personas sin problemas de obesidad te dan "consejos bienintencionados" acerca de cómo hacer para bajar unos kilos. Que no es tan sencillo, que si lo fuera, no habría gordos... Bueno, que me enciendo.

Cada persona es un mundo y cada uno tenemos nuestro punto mágico en el que, si tocas, todo se soluciona. Hay que descubrir cuál es y no es tan sencillo. Un bonito trabajo de vida...

martes, 2 de junio de 2009

Las dietas obtienen resultados sólo discretos a largo plazo

Nuevos datos ponen en evidencia lo que muchos expertos ya saben e infinidad de personas que sufren sobrepeso u obesidad han podido experimentar por sí mismas: las dietas puede que funcionen durante los primeros meses, pero fracasan a largo plazo o, en el mejor de los casos, sólo obtienen resultados bastante discretos. Hay que buscar alternativas.

Un estudio realizado por científicos de la Harvard School of Public Health (Boston) y el Pennington Biomedical Research Center, de la Universidad Estatal de Louisiana, ambos en Estados Unidos, ha intentado resolver la vieja polémica acerca de qué dieta es mejor para perder peso a largo plazo. Sus hallazgos, publicados en "The New England Journal of Medicine", han sido interesantes.

Reclutaron a 811 personas, dispuestas a realizar el ensayo, que fueron asignadas de forma aleatoria a una de varias dietas, cada una con distintos niveles de restricción de hidratos, grasas o proteínas. Todas ellas eran sanas y todos los participantes realizaron ejercicio de forma moderada, además de ser sometidos a seguimiento por parte del equipo investigador.

Lo cierto es que no merece la pena entrar en el detalle de los resultados que consiguió cada tipo de dieta, ya que todos ellos fueron bastante similares. Resulta mucho más aleccionador analizar el éxito de las dietas consideradas en su conjunto. Y éste, a largo plazo, fue bastante mediocre, ya que sólo consiguieron reducir entre 3 y 4 kilos, de media, después de dos años.

La tasa de abandonos fue del 20% (166 personas de las citadas 811) y en los primeros 6 meses los resultados fueron bastante alentadores. Pero a partir de ahí muchos participantes comenzaron a recuperar parte del peso perdido hasta llegar a los exiguos resultados que hemos comentado, si bien es cierto que esos 3 ó 4 kilos son mejor que nada y, además, suponen una reducción no desdeñable de los riesgos que la obesidad supone para la salud.

Sin embargo, hay que reconocer que estas cifras tan magras probablemente habrán hecho reflexionar a los participantes, y también a los lectores. Y de esta reflexión surgen varias preguntas: ¿merece la pena tanto esfuerzo para tan escaso resultado? ¿No hay otra alternativa a la dieta? ¿Es la obesidad un problema que no tiene solución?

Los propios investigadores nos responden, al menos en parte, a alguna de estas cuestiones. En un editorial que acompaña a la publicación de los resultados de su trabajo destacan que el seguimiento personalizado es fundamental para que el peso perdido no vuelva a recuperarse. Pero, quizá con cierto desaliento, reconocen que no se necesitan más ensayos sobre dietas, sino un cambio de modelo.

Y ponen como ejemplo un par de poblaciones francesas que han luchado contra la obesidad infantil y han logrado reducirla a la mitad a base de implicarse todos los estratos de la sociedad y afrontar el problema de la obesidad desde la infancia. También insisten en la importancia de factores no biológicos, como adaptarse a los gustos de cada persona y realizar un seguimiento personalizado. Por último, sugieren la cirugía bariátrica como el único método realmente eficaz para solucionar el problema en los adultos.

La conclusión más importante de este estudio es que tal vez se ha dado demasiada importancia al tipo de dieta cuando la solución quizá esté fuera de las dietas. Porque la pregunta que nos hacemos después de leer estos resultados es: ¿Cuánto tiempo estoy dispuesto a seguir una dieta que me exige incuestionables sacrificios?

Podemos buscar en otra parte y razonar de una forma lógica: si los cambios de hábitos (lo que comemos, cuánto comemos, cuánto nos movemos...) han sido los que nos han llevado a esta situación de obesidad, quizá lo que deberíamos intentar es cambiar estos hábitos, a condición de que los cambiemos para siempre.

Artículo elaborado por Adelgazar.Net, a partir de informacionesde The New England Journal of Medicine

domingo, 31 de mayo de 2009

Tras las vacaciones


Se acabaron las vacaciones, pero como todavía queda todo el verano es menos triste.
Lo triste es la vuelta a la balanza. He de decir que esta mañana se me olvidó pesarme en ayunas, así que no sé cuánto cogí estos días. Es cierto que no me noto especialmente pesada y que mis pantalones no se han quejado mucho, me quedan más o menos como antes.
Para no desanimarme, he pensado hacer un plan de acción estos días y pesarme a final de semana, para compensar lo que probablemente haya ganado.
Y es que ¡qué difícil es no dejarse llevar por los menús de vacaciones!!!



domingo, 10 de mayo de 2009

Qué contenta estoy!


Pues no veais la sorpresa que me he llevado hoy!!

Llevaba unos días un poco plof por temas que no vienen al caso. Esto ha sido el detonante para que estos días haya sido muy poco estricta con lo que como. Digamos que me he permitido demasiadas "licencias". También ocurre que la semana que viene me voy de vacaciones y esto me preocupa, no las vacaciones en sí (que tengo unas ganas...!) sino el hecho de que cuando estoy fuera la ansiedad que me produce estar lejos de casa me lleva a comer más. Es como si al saber que total, me voy a pasar de todas formas, pues qué más da comenzar a hacerlo ya.

Así que por aquí andaba desanimadilla, estos días de atrás al pesarme veía que había vuelto a +87 y ya me veía "de culo, cuesta abajo y sin frenos".

Pero hoy, primera sorpresa al pesarme esta mañana (según me levanto con la ropa de dormir y después del primer pis) que estaba en 86'5!!!!!

La segunda ha sido que al pesarme en el peso en casa de mi hermana (hemos ido a comer) había bajado 2 kilos con respecto a lo que pesé la vez anterior que fuimos hace 3 semanas!!!

Me he quedado más contenta, como que al final tampoco me he pasado tanto estos días...

Esto me ha dado muchos ánimos para no desfallecer estos días de vacaciones y volver, como poco, igual que me he ido.

Un abrazo muy fuerte a todos!!!

Sobrepeso y riesgo de aborto


Me quedé alucinada la primera vez que vi estas palabras juntas, no me lo podía creer.
Voy viendo en los últimos tiempos cómo la obesidad está siendo cada vez más donostada. Para muchos profesionales de la salud es en sí una enfermedad. Aquí no caben distinciones, si estás gordo, estás mal visto; automáticamente se te tacha de ser una pesona sin capacidad de autocontrol, tanto en la comida como en otras cosas. Hacía tiempo que no veía criminalizar algo de una manera tan flagrante.
Busqué en google las palabras "obesidad" y "aborto" y no sabéis la de estudios que salen publicados en los que se asegura que, si has tenido un aborto y eres obesa, tienes: 1. Mucha propensión a tener un segundo aborto; 2. Si vuelves a tener un aborto es a causa de la obesidad.
¡Como si ser obeso fuera la única causa para que se produzcan pérdidas en el embarazo!
Yo perdí mi primer embarazo siendo obesa y mi segundo embarazo, siendo también obesa, prosperó y tengo una niña preciosa!!! Me dirán que es casualidad, que es la excepción que confirma la regla... Así yo también soy científica...
Estoy muy cabreada con este tema, porque me parece que no añaden nada nuevo (hay muchas mujeres que no son obesas y también pierden sus embarazos Y hay muchas otras causas por las que un embarazo puede malograrse), sólo estigmatiza aún más a un colectivo de personas cada vez más grande en este país.
Que digo yo, que si fuera tan fácil perder peso, todos seríamos delgados ¿no?Es cierto que un exceso de peso puede alterar el frágil equilibrio hormonal y con ello dificultar tanto la concepción como la implantación del óvulo en el útero. Pero sería cuestión de ver cada caso por separado, y ver cuántas mujeres en su peso ideal tienen estos mismos problemas, derivados de toda la mierda de contaminantes y basura ambiental que respiramos todos los días y que se concentra en mayor medida en el útero y placente.
Me parece la misma hipocresía de siempre, causas simples que no explican para nada un tema tan complejo como son las pérdidas gestacionales.
Y una manera indirecta que les da pie para no hacer investigaciones serias que arrojen verdadera luz sobre este tema tan doloroso.

jueves, 7 de mayo de 2009

Barreras psicológicas


Pues pasan los días y sigo igual. Estoy en el mismo peso que en el último post que os hablaba de ello. La aguja de mi báscula oscila en la rayita del 87. Unos días es un poquito más, otros un poquito menos, como ayer y hoy.


Tengo ganas de rebasar la siguiente, el 86. Aunque ya hace tiempo que comnprendí la dinámica de mi cuerpo. Yo nunca he pesado una cantidad fija. Hay mucha gente que pesa 65, por ejemplo, o 57. Yo no. En mi caso voy oscilando entre una rayita y otra, unos días más arriba, otros, más abajo.


Por regla general, cuando he querido bajar peso siempre hay una primera época en la que, a pesar de no bajar kilos de báscula, vot perdiendo volumen. Llegado a un umbral, ya comienza a verse en números.


Y cuando bajo, ocurre los mismo. Estoy unos días como en fase de asimilación del nuevo peso y de bajada de volumen. Hoy por ejemplo al levantarme esta mañana y verme en pijama me he notado más esbelta. Pasarán aún unos días hasta que mi báscula lo note.


Me da cierto miedo que la semana que viene me voy de vacaciones y siempre suelo coger peso. Hasta que no vuelva no lo sabré, pues aunque pueda pesarme por ahí, me fío de lo que me dice mi báscula de casa. A ver, si me puedo mantener al menos.

sábado, 2 de mayo de 2009

Lactancia y felicidad

Mi hija tiene un reloj interno que le avisa de cuándo tiene hambre. También le avisa de cuándo lo ha saciado. Si no tiene hambre no habrá nada que le convenza de que tiene que continuar comiendo.

Desde sus primeras horas de vida toma teta a demanda que con los meses se ha ido complementando con otros alimentos más o menos sólidos. Come cuando tiene hambre y si no quiere más no se le obliga a continuar ni se le intenta engañar con argumentos más o menos sólidos que sólo engañan a los adultos convencidos de lo que están diciendo. Ella come porque tiene hambre y si no lo tiene, deja de comer.

Todos tenemos ese avisador interno que nos dice cuándo estamos saciados. El primer problema es que nos acostumbraron desde pequeños: come más, no dejes nada en el plato, te vas a quedar pequeño, mira tu hermano que se lo comió todo, si no comes mamá no te va a querer más, como no acabes pronto se lo va a comer el abuelito... Y el segundo problema es que nos lo creímos.
Yo quiero volver a sentir ese instinto que me dice cuándo he de parar de comer porque ya no necesito más. A veces lo oigo y le hago caso. Otras veces lo oigo como de fondo pero me doy cuenta tarde de que la voz era para mí.





Mi hija es feliz con su teta. Aunque come otros alimentos y come ella sola con su cuchara y su tenedor, a sus casi 23 meses no perdona sus tiempos diarios para disfrutar del contacto con su madre y del alimento sagrado. Y a mí me encanta compartirlo con ella.
¿Sabíais que dar pecho es un quemador de calorías?
Otro día os cuento.

martes, 28 de abril de 2009

Las cien vallas




Cuando nos planteamos bajar peso normalmente hacemos un cómputo de los kilos que nos sobran: Peso Real - Peso Ideal = Nº de kilos que hemos de perder.
Cuando te sobran dos o tres kilitos, puede no ser problemático hacerlo así. Pero si te sobran 20, 30, 40 kilos o más, saber que te esperan largos meses de comida espartana puede ser muy desalentador.
Para mí esto es una carrera de fondo pero con vallas. No me fijo en el resultado final, sino en el inmediato. Para mi, cada kilo que bajo, es una victoria sobre la carrera total.
Ahora mismo, estoy en 86,800 kg. No es muy diferente de 87,5 pero ver bajar la aguja del 87 al 86 ya es una barrera psicológica superada.
La siguiente será la de los 85, aunque sea 85,900, me da igual. No pretendo morir en el intento, ni desesperarme, ni abandonar. Sólo quiero vivir las victorias de cada momento.
Es un buen objetivo ¿verdad?

lunes, 20 de abril de 2009

Cuestión de peso


Hoy aprovecho el programa que emite Antena3 en las sobremesas "Cuestión de peso" para comentar una cuestión que me parece fundamental.
Para poneros en antecedentes sobre el programa os cuento que es un formato que se ha utilizado con éxito en Sudamérica donde lleva, por ejemplo en Argentina, ya tres ediciones siendo líderes de audiencia.
9 personas con sobrepeso acuden diariamente a un centro donde se les lleva una dieta, tienen sesiones con una psicóloga, hacen ejercicio con un entrenador, se les enseñan trucos para aquietar el hambre... Cada día en plató se les hace un seguimiento para ver cuánto han bajado en porcentaje de peso respecto a la pesada del viernes anterior.
El primer día a la hora de comer, les presentaron unos alimentos sanos, cocinados de manera natural, pero el programa cayó en un error: Ponerlos en modo buffet. Se les veía a los buenos concursantes sirviéndose unas raciones más que generosas en sus platos (tendrían más hambre que ni sé, después de toda la mañana haciendo ejercicio físico y psíquico). Al día siguiente emitieron en plató las imágenes y se avisó de que la comida sería servida en el plato en la cantidad correspondiente.
Alguno al ver las imágenes aseguraba que se había servido "poco" para lo que comía habitualmente.
En un mundo televisivo en el que todos los figurantes son delgados está muy bien que por fin haya un programa en el que los gorditos podamos tener personas de referencia, gente que a pesar de su obesidad se les ve personas alegres, todo el día dispuestos a hacer chistes y a reirse, y a estar serio cuando corresponde, por supuesto. A mí me anima verles ir bajando de peso, me alegro por ellos cuando logran sus objetivos y me motiva a seguir perdiguiendo los míos.

Mi crítica va en la línea de que han elegido personas con obesidades similares. Me explico: según cuentan todos, han ido engordando por comer cantidades ingentes de comida. No hay nadie que tenga problemas hormonales, ni depresiones que supongan un tratamiento más profundo que el hacer dieta... Conozco a muchas personas que, sin tener un gran exceso de kilos, comen más bien poco, y no consiguen bajar peso. No tienen en cuenta la mezcla de alimentos, se les propone tomar café en los desayunos que es un excitante y puede exacerbar la ansiedad que de por sí sientan por la falta de comida...
Volveré con este tema en otra ocasión, porque me parece digno de tener en cuenta, por las cosas que puede tener a favor y las que quedan en su contra.

sábado, 18 de abril de 2009

El camino


Como decía en la anterior entrada no soy muy amiga de las dietas estándar ni las avaladas por dietistas ni las denominadas "dietas milagro".
Pienso que es algo muy personal y de cada uno elegir qué tipo de dieta hacer. Incluso en diferentes momentos de la vida sea diferente la opción a tomar.
En mi caso, me fue muy bien hace algunos años la dieta disociada como la del método Montignac.
En otra ocasión utilicé durante varios meses otra dieta que me enseñó una amiga costarricense quien la obtuvo en su país en un gabinete nutricionista. Bajé bastante peso a lo largo del tiempo y aprendí a controlar las cantidades de comida ingeridas, si bien comía de todo. Es la mejor dieta que he hecho nunca, hablaré de ella más largamente en otro post. Tiene la singularidad de que un día por semana "haces fiesta" y puedes comer lo que quieras (si, sí, lo que quieras).
Recientemente me ha ayudado mucho a centrarme un libro que se titula "Eres lo que comes". Me resulta muy difícil llevar a cabo todos y cada uno de sus consejos porque debería cambiar 180º mi concepción de la alimentación (y la de mi familia) pero me han servido algunos y os hablaré de ello también próximamente.
Pienso que la mejor dieta es la que se integra en la vida cotidiana de cada uno, no como algo extraño que se está haciendo, autoimpuesto y con mucho sufrimiento, sino como un modo de reeducar nuestros hábitos alimenticios. Y es importante que tenga en cuenta también otros aspectos además de los puramente nutricionales, porque si no los tiene, tarde o temprano se abandonará la dieta y a la larga se recuperará el peso perdido y algún kilo más de regalo.
A mi modo de ver cuando alguien decide bajar peso es fundamental ser muy flexible y no caer en la culpa si no se logran los objetivos adecuados, o si nos saltamos el régimen en algún momento. Los alimentos prohibidos son los que más apetecen y tarde o temprano se acaba transgrediendo una norma que sólo existe en nuestra cabeza. También hay que tener la suficiente flexibilidad y amor hacia uno mismo para no ponerse objetivos draconianos imposibles de cumplir. Hace años estuve en un grupo de trabajo en el que tratábamos a muchachas y a sus familias con trastornos de alimentación. Aprendí mucho de aquello, de lo que no quiero para mí de ninguna de las maneras. Mejor gordita que en una espiral de autodestrucción y dolor. También de ésto habrá ocasión de hablar.
Podría seguir hablando de tipos de dieta mucho rato, pero no quiero alargar más el post.
Lo cierto es que el camino es para todos el mismo, pero cada uno al recorrerlo, paso a paso, lo hace suyo y lo convierte en su camino personal.

viernes, 17 de abril de 2009

Tu mejor marca




Es complicado porponerse adelgazar y cumplirlo. No es nada sencillo. Si lo fuera no habría gordos en el mundo... Y sin embargo la obesidad es un mal que va en aumento en nuestro siglo.


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No se trata simplemente de comer sano. Hay muchos otros factores que influyen a la hora de tener éxito o no. Factores físicos (endocrinos), psíquico-emocionales (depresión, ansiedad... no ayudan nada), sociales (que en casa te animen y no se dediquen a bombardearte con platos sabrosos y ricos postres en cuanto anuncies que quieres perder peso), vitales (elegir un momento de la vida más o menos tranquilo puede ayudar a triunfar en el intento) y otros, hacen que el propósito de perder peso pueda convertirse en una carrera de obstáculos. Por eso una buena "dieta" puede ser la que tenga en cuenta todos estos aspectos y no sólo la cantidad de calorías ingeridas.
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Igual que un deportista de élite se prepara física, psíquica y emocionalmente para batir su marca, si tú has decidido que quieres peso no debería hacer menos. Pues te preparas para batir tu propia marca, la más importante, la tuya.

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Si quieres, podemos caminar juntos...


jueves, 16 de abril de 2009

Una talla menos


Hoy he ido a recoger unos pantalones que compré hace unos días. Me sacaron unos para probarme y pensé "yo ahí no entro". Pues para mi sorpresa ¡me quedaban bien! Y no sólo eso, acabé llevando una talla menor que, aunque me queda un poco justa, al darse de sí, bajar un poco más de volumen, me quedarán perfectos.
Y estoy contenta.
Si ya en Navidades tuve que comprarme unos una talla más pequeña que los que llevaba, ahora he bajado otra talla más.
Esos pequeños detalles que te alegran el día... :)

Ésta soy yo


Hola Blogueros/as:

Como decía anteriormente, he tomado una decisión en mi vida tan importantecomo difícil de llevar a cabo: Bajar de peso. Para animarme el duro día a día he pensado abrir este blog para ir contandoos mis peripecias, que me sirva a desahogo y de motivación.


Hace 22 meses fui madre. Aunque comencé el embarazo con sobrepeso (77 Kg) pude mantenerme durante toda la gestación y sólo al final cogí tres kilillos. El problema vino tras el parto. La lactancia, las vicisitudes del puerperio y algún problema que otro hicieron que mis ansias de comer se dispararan y en pocos meses me planté en 93 kilos. En la foto estoy con mi hija el verano pasado, tiempo en el que aún me encontraba en ese peso.
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A partir de septiembre, poco a poco, comencé a bajar volumen y más tarde de peso. Fue a raíz de un curso de Reiki que comencé a hacer que me ayudó a tomarme la vida de forma más relajada.
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Actualmente estoy en 87,5 Kgs. Ésta es la marca desde la que quiero partir.


Un saludo!

miércoles, 15 de abril de 2009

Estoy a dieta


Bueno, igual "estoy a dieta" nos serían las palabras correctas. Digamos que "me estoy cuidando". Ésta última es una manera eufemística de decir que me gustaría estar a dieta pero que como no tengo fuerza de voluntad, pues, hago lo que puedo.
Con esto que acabo de decir podría parecer que no me lo estoy tomando muy en serio, que claudicaré a la primera de cambio perdiendo los resultados logrados con tanto esfuerzo.
Y sin embargo, no me va tan mal, mañana recojo unos pantalones que me compré una talla menor que la que llevaba. Desde septiembre he ido perdiendo, primero volumen y después peso, lenta pero eficazmente.
En este blog quiero compartir mi experiencia, lo que voy descubriendo, lo que me ha servido, lo que no, lo que dicen los expertos...
Si llegas hasta este blog, te invito a acompañarme y a darme muchos ánimos, que los voy a necesitar.
Mónica