Mi periplo personal en la pérdida de peso. En esta etapa a través de la dieta DUKAN.
lunes, 17 de diciembre de 2012
De nuevo... Al ataqueeeerrr!!
Que el otro día le tenté a una amiga (una de mis sobrinas) si se animaba a hacer régimen conmigo (sin mucha convicción por mi parte), y se ha animado tanto que nos hemos puesto las dos. Así que aquí estoy de nuevo.
Primer día de ataque, empiezo con 85,200 Kg.
Sólo voy a hacer 3 días de ataque, luego seguiré en crucero. De momento, muy bien, teniendo en cuenta que Ariel ha desayunado brioche con perlas de chocolate y que ha comido la carne con patatas fritas y yo no he picado nada. Tentaciones sí he tenido, pero las he podido aguantar. Incluso podría haber picado, pero no he querido. Ha sido una bonita sensación.
Mañana os pondré el menú de hoy. Tengo un postrecito que me hice el sábado que llena bastante y que me ha alegrado bastante el día, la tarta tonta, del blog de María Martínez. Yo me la hice de fresa. No hay foto porque se me pegó al molde y hubo que romperla para sacarla.
No sé si voy a poder actualizar todos los días, pero ya os iré contando.
Un saludo!
Mónica
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Obesidad y efecto rebote, ¿por qué?
Desde ayer que leí la última entrada de Juanma en su blog: Rebotar y vuelta a empezar llevo dándole vueltas al hecho de por qué si sabemos que la obesidad no es buena, que estamos mucho mejor con unos kilos de menos, que hemos logrado recuperar un peso justo más que aceptable (como es el caso de Juanma: Objetivo cumplido con la dieta Dukan!), y que se trata de mantenerlo solamente, cosa que debería ser mucho más sencilla de realizar en sí, que el hecho de bajar 21 kilos (o los que tenga que bajar cada uno).
Porque le ocurre a Juanma y nos puede pasar a todos, no nos engañemos.
¿Cuántas veces nos hemos visto en un efecto rebote en cualquier dieta realizada? Infinitas, seguramente (bueno, vale, he exagerado un poquito). El que sea la dieta Dukan la que nos haya llevado al buen puerto del normopeso no significa que no vayamos a autosabotearnos de nuevo y comenzar a subir y a subir, y que cuanto más vemos subir la báscula más problemático es parar y retomar las riendas y el control de nuestro cuerpo, como si de un caballo desbocado se tratara.
Llevo desde ayer dándole vueltas porque puedo ser yo la siguiente, y creedme, que no me gustaría... No se lo deseo a nadie. Porque bastante trabajo supone recuperar un peso aceptable, como para ver después que tus esfuerzos se van por la borda. No pretendo con este post juzgar a Juanma. Nada más lejos de mi intención, me parece un tipo super honesto consigo mismo y con los seguidores de su blog, que somos muchos. Siempre ha comentado todo, cuando va bien y también cuando ha ido mal con la dieta y pienso que compartir esos momentos de debilidad es lo que nos ayuda a aprender a todos. A mí desde luego, lo que me enganchó a su blog fue precisamente esa manera tan honesta de narrar su historia con la dieta Dukan.
Pero volvamos a la pregunta del principio. ¿Qué es lo que puede hacer que tras el esfuerzo titánico de haber logrado nuestro objetivo tiremos por la borda el objetivo y el trabajo?
Pues la respuesta ha venido a mí esta tarde mientras preparaba un tema del curso que tengo en marcha: Coaching para el Éxito Financiero y Personal, todo está en nuestra cabeza, en forma de archivos obsoletos que seguimos guardando como si fueran actuales, pero no lo son y lo único que logramos con ellos es autosabotearnos la vida una y otra vez.
Y podemos hablar del aspecto financiero, pero si lo aplicamos al aspecto personal y en este caso a la obesidad es lo mismo.
Nosotros pertenecemos a una generación que vive en la comodidad de una vida aburguesada. Nuestros abuelos y nuestros padres no lo tuvieron tan fácil. Sólo dos generaciones atrás, aunque se nos haya olvidado, hubo una guerra, un periodo muy largo de carencia social, de pobreza, escasez... Las familias tenían unas cartillas que les llamaban "de racionamiento" en la que aparecía las cantidades que les correspondían semanalmente de determinados alimentos de primera necesidad (harina, aceite, leche...) y hacían grandes colas para ir a recoger los suyo el día que tocaba reparto. Esto se nos ha olvidado, pero yo que he tenido padres mayores son anécdotas que he escuchado en mi casa de niña muchas veces, y como yo, seguro que mucha gente. La consigna era "come ahora lo que puedas que vete a saber si mañana podrás comer algo", porque NO HABÍA en muchos casos para comer como tenemos ahora, que vas al frigo y coges lo que quieras.
Igual hemos oído decir muchas veces aquello de "cuando seas grande, comerás huevos" y no sabemos el por qué del dicho. En aquellos tiempos de postguerra a cada familia le tocaban un número muy contado de huevos, y cuando se hacía un huevo frito, se le daba al cabeza de familia (al padre) que era quien tenía que ir a trabajar, en trabajos muchas veces físicamente agotadores, y necesitaba toda la energía que pudiera dársele en forma de comida. Por eso, a los hijos, cuando miraban hambrientos al padre comerse "su huevo" les decían que cuando fueran padres comerían huevos, como en aquel momento lo hacía su padre. Alguno tuvo más suerte y comió huevo de chico, uno que freía su madre y tenían que untar entre todos los hermanos, y esto os prometo que no me lo invento.
Han pasado las décadas y vivimos en una época en la que no pasamos hambre, pero seguimos, nunca mejor dicho, con el chip en la cabeza de la escasez y el hambre.
En aquellos tiempos, los hombres tenían trabajos físicamente agotadores, y las mujeres también, porque no había lavadoras, ni friegaplatos... incluso la fregona se inventó años más tarde así que los suelos se lavaban de rodillas con un trapo, como hemos visto hacer a la Cenicienta en la película de Walt Disney. Así que todos necesitaban comidas energéticas, alimentos que con poca cantidad les diera la energía necesaria para enfrentar a un duro día de trabajo. Y lo mismo los niños, entonces se jugaba en la calle a tantos juegos puramente psicomotrices como pudiéramos imaginar.
Hoy en día en muchas casa se siguen poniendo raciones de potaje a niños y mayores que seguramente no son necesarias en muchos casos, ya que el trabajo tanto de niños como de adultos suele ser bastante sedentario en general. Y así, la obesidad está servida en nuestra sociedad como plato principal.
Y detrás de esto ¿qué hay? que somos ricos, pero seguimos alimentándonos como pobres, o más bien comiendo, tragando, deglutiendo como los pavos que preparan para ser sacrificados, que les ponen un embudo en la boca y ala, a meterles pienso. Y si esto os parece exagerado, fijáos en cómo se les da de comer a los bebés y niños muy pequeños, como si se fueran a morir de hambre a la vuelta de la esquina...
Y de aquí derivan tantos comportamientos de muchas madres y abuelas para que comas un poquito más (y da igual que tengas 3 que 30 años, ellas insisten), para que en cuanto te ven adelgazar se preocupen, porque se te ve tan sano y tan gordo... O como se nos decían hasta hace no tanto tiempo a las mujeres, "Uy, ¿has mejorado, no? ¡¡se te ve más gorda...!!".
Sería importante en cada caso cazar todos esos archivos inútiles que seguimos almacenando en torno al mito de la comida, desprogramarlos y poner en su lugar otros que potencien actitudes sanas frente a la comida y la nutrición.
Entonces no habría efectos rebotes ni autosabotajes ni otro problemas psicológicos relacionados con la obesidad.
Seguiré pensando esto y, quién sabe, tal vez lo siguiente que haga sea crear un curso de Coaching para el Éxito con su Dieta y su Imagen Personal.
Suena bien, ¿no?
¡¡Saludetes!!
Mónica Alvarez
viernes, 18 de noviembre de 2011
Por qué creo que me estanqué
Estoy preparando un curso acerca de la abundancia económica (falta o presencia) y de cómo nos programamos para que nuestros sueños se cumplan (o para que no se cumplan, la mayoría de las veces). Y veo que en esto de la dieta y del trabajar para dejar de ser obesa, viene a ser lo mismo.
Hace unos años yo pesaba lo que peso ahora y, aunque hubiera preferido estar más delgada, era feliz así. Luego tuve a mis hijas y mi peso aumentó de manera alarmante, como sabéis, sin que haya manera de que yo pudiera hacer algo por evitarlo. La sensación de no-control que tenía era altísima, porque si había podido llegar a los 90 kilos sin poder evitarlo, podía llegar a pesar 100, 110 ó 120 kilos... O vete a saber, que me quedan muchos años de vida, y mucho tiempo para seguir engordando sin poder hacer nada para evitarlo.
Este verano inicié la dieta dukan con mucha ilusión, ganas, desesperación... Y fui viendo que, efectivamente, esto funciona.
Y llegué a un punto en el que me valía la ropa de antes de mis embarazos. No sé muy bien cuánto pesaba entonces, porque tenía una báscula vieja que ya tiré y que pesaba de aquellas manera. Sé que cuando me pesó la matrona por primera vez embarazada, vestida y desayunada pesaba unos 82 kilos... Vamos, como 81, por ejemplo.
Que es lo que he pesado en estas últimas semanas.
Me he dado cuenta de que al haber llegado a mi peso de hace 5 años, de que al poder ponerme mi vieja ropa, es como si hubiera dicho "ya está, para qué voy a sufrir más con la dieta, si aquí estaba yo feliz hace cinco años".
Inconscientemente, al comenzar la dieta me había programado para volver a mi peso de antes del embarazo... y ya está.
Estoy muy contenta, porque para deshacer una programación neuropsicológica de este tipo, lo primero que hay que hacer es darse cuenta de ello. Poner consciencia en el problema.
Luego, puedo utilizar diferentes técnicas de la kinesiología que me ayuden a borrar la programación y a continuar perdiendo peso.
El siguiente paso será decidir, como decía en el post anterior, si conscientemente quiero seguir bajando peso rápidamente ahora, o si prefiero afianzar el que he logrado (como decía en el post anterior) pasándome a consolidación durante 100 días (esto cuando llegue o me acerque a los 80 kilos).
Tengo trabajo estos días mientras llego a 80, y decisiones importantes que tomar. Mientras, a ver qué tal me va con la báscula esta semana, hoy ya he empezado a ver un descenso importante. Pero esto, en otro post.
¡¡Saludetes!!
jueves, 25 de agosto de 2011
Mi nuevo camino
Llevaba tiempo oyendo hablar sobre la dieta Dukan, casi siempre mal, aunque veía que en algunos medios comenzaban a ser un poco más "neutros" al respecto. Me picó la curiosidad y me compré el libro ("No consigo adelgazar" del doctor Pierre Dukan) y comencé a investigar en internet al respecto.
Sorprendida, en el libro encontré más que un método para adelgazar, una filosofía de vida, lejos del adjetivo de "dieta milagro" que se le atribuye. De hecho, si el año pasado fue líder de ventas indiscutible por detrás de Harry Potter, es que mucha gente lo ha leído, o al menos se lo ha comprado. Mucha gente decepcionada con las dietas clásicas de "comer de todo pero en poca cantidad".
En internet he encontrado un montón de blogs, foros, de personas que han seguido la dieta y ponen en ellos a disposición de quienes lo necesiten la crónica de su proceso, compartiendo recetas, información... Personas con muchos kilos de más que han logrado recuperar un peso aceptable gracias a esta filosofía de vida. Personas que han recuperado sus vidas y una autoestima de la que creían carecer.
Y pensé, ¿y por qué no yo? Yo también tengo un montón de kilos que quitarme de encima. He probado de todo, me he cuidado, he recaído, he perdido la confianza en las dietas y en mí misma... ¿Sería posible que yo también pudiera hacerlo?
Y con estas preguntas en mente me lancé a ello. Este domingo hará tres semanas que comencé y, aunque voy algo más lento de lo que quisiera, en estos momentos he alcanzado un peso (partiendo de los 90 kilos) que hace años no veía en mi báscula. Hoy me señalaba que me encuentro dentro de los 86 Kg, gramo arriba, gramo abajo.
Y estoy muy contenta a la vez que optimista.
Así que he decidido retomar este blog para ir contando la crónica de mi nueva vida. Una vida en la que por fin tengo la sensación de ser dueña de mi cuerpo y de mis kilos.
¡Un saludo!
Mónica
miércoles, 20 de octubre de 2010
En qué ando metida
viernes, 17 de julio de 2009
Harta

Pues sí! Y no será porque no me cuido. Vale que he estado un poco a mi aire últimamente, pero llevo dos semanas "portándome muy bien". Como sano, en cantidades adecuadas...
Pero mi báscula no lo nota!!!
Y eso que voy viendo que la ropa me queda un poquito más holgada, pero no hay manera. Me peso por la mañana y me da un bajón... Bueno, igual no tanto, quiero decir que no me deprimo y esas cosas, pero sí que me desmotivo bastante.
Y eso que sé cómo va mi cuerpo, que lo que hace es normal, pero es durillo.
¿Sabéis dónde noto que adelgazo? Cuando voy a cocinar o a fregar y me pongo el delantal. Es de esos que se atan detrás, pero como el lazo es muy largo lo cruzo en la espalda y me lo ato por delante. Hace unos meses justo justo me lo ataba y daba una pequeña lazada. Pues cada vez me sobra más cinta después de atar y enlazar. Y me da una alegría...
De momento sigo en la raya del 87, arriba y abajo. A ver si pronto os doy alguna noticia de cambio, que tengo unas ganas...
sábado, 20 de junio de 2009
Seguimos adelante

Difícil, difícil se me está haciendo regresar al peso que tenía antes de irme de vacaciones. Bueno, puedo decir en estos momentos que ya casi estoy. Cada vez que me peso, mi báscula fluctúa a un lado y a otro del 87, llevando ya tres días que queda del lado izquierdo, esto es, que peso algo menos de 87 kg. Igual 87'800 o algo así. Mi báscula es muy vieja y no distingo bien las rayitas recién levantada con las legañas todavía puestas.
No lo llevo mal, ya que sí noto la ropa bastante suelta. Ayer me puse una camiseta de tirantes y noté que me sobraba tela por algunos sitios, cosa que no me ocurría antes.
¿El truco? Pues ocurre que estos días mi marido por motivos de trabajo no come con nosotras y al tener que estar más pendiente de la niña y tardar más en comer, mi sensación de saciedad se activa y me avisa cuando voy llegando al límite. ¡¡Esto está muy bien!! Sobre todo porque soy yo quien para, sin quedarme con las ganas de comer un poco más... Qué curioso. Comemos más si comemos acompañados, como si nos mimetizáramos con la persona que tenemos enfrente. Y como nos toque alguien con un saque mayor que el nuestro... ¡estamos perdidos!
Mi cuerpo baja peso en etapas de bajada de volumen sin que se note en la báscula junto a otras en las que la báscula registra (¡por fin!) que efectivamente peso menos y el trabajo ha sido eficaz.
Así que voy a por mi siguiente objetivo: bajar de los 86 kg.
¡¡¡Ya os contaré!!!
jueves, 4 de junio de 2009
Mimándome

Estoy disfrutando mientras cocino para mi familia mientras veo cómo disfrutan ellos comiendo.
Me estoy dando un tiempo de calma para volver a la dieta, pues no me veo ahora mismo inmersa en la exigencia que supone. Sin embargo compruebo que voy regresando poco a poco al peso que tenía antes de irnos (no he podido evitar pesarme). Así que estoy contenta.
Encontré el artículo anterior y lo leí encantada, pues conozco personas que llevan toda la vida a dieta y no ha cambiado su aspecto físico. Bueno sí, la mayoría luce algún kilo más que cuando comenzó.
Estoy bastante harta de que personas sin problemas de obesidad te dan "consejos bienintencionados" acerca de cómo hacer para bajar unos kilos. Que no es tan sencillo, que si lo fuera, no habría gordos... Bueno, que me enciendo.
Cada persona es un mundo y cada uno tenemos nuestro punto mágico en el que, si tocas, todo se soluciona. Hay que descubrir cuál es y no es tan sencillo. Un bonito trabajo de vida...
domingo, 31 de mayo de 2009
Tras las vacaciones

domingo, 10 de mayo de 2009
Qué contenta estoy!

Pues no veais la sorpresa que me he llevado hoy!!
Llevaba unos días un poco plof por temas que no vienen al caso. Esto ha sido el detonante para que estos días haya sido muy poco estricta con lo que como. Digamos que me he permitido demasiadas "licencias". También ocurre que la semana que viene me voy de vacaciones y esto me preocupa, no las vacaciones en sí (que tengo unas ganas...!) sino el hecho de que cuando estoy fuera la ansiedad que me produce estar lejos de casa me lleva a comer más. Es como si al saber que total, me voy a pasar de todas formas, pues qué más da comenzar a hacerlo ya.
Así que por aquí andaba desanimadilla, estos días de atrás al pesarme veía que había vuelto a +87 y ya me veía "de culo, cuesta abajo y sin frenos".
Pero hoy, primera sorpresa al pesarme esta mañana (según me levanto con la ropa de dormir y después del primer pis) que estaba en 86'5!!!!!
La segunda ha sido que al pesarme en el peso en casa de mi hermana (hemos ido a comer) había bajado 2 kilos con respecto a lo que pesé la vez anterior que fuimos hace 3 semanas!!!
Me he quedado más contenta, como que al final tampoco me he pasado tanto estos días...
Esto me ha dado muchos ánimos para no desfallecer estos días de vacaciones y volver, como poco, igual que me he ido.
Un abrazo muy fuerte a todos!!!
jueves, 7 de mayo de 2009
Barreras psicológicas

martes, 28 de abril de 2009
Las cien vallas

jueves, 16 de abril de 2009
Ésta soy yo

miércoles, 15 de abril de 2009
Estoy a dieta
