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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Obesidad y efecto rebote, ¿por qué?



Desde ayer que leí la última entrada de Juanma en su blog: Rebotar y vuelta a empezar llevo dándole vueltas al hecho de por qué si sabemos que la obesidad no es buena, que estamos mucho mejor con unos kilos de menos, que hemos logrado recuperar un peso justo más que aceptable (como es el caso de Juanma: Objetivo cumplido con la dieta Dukan!), y que se trata de mantenerlo solamente, cosa que debería ser mucho más sencilla de realizar en sí, que el hecho de bajar 21 kilos (o los que tenga que bajar cada uno).

Porque le ocurre a Juanma y nos puede pasar a todos, no nos engañemos.

¿Cuántas veces nos hemos visto en un efecto rebote en cualquier dieta realizada? Infinitas, seguramente (bueno, vale, he exagerado un poquito). El que sea la dieta Dukan la que nos haya llevado al buen puerto del normopeso no significa que no vayamos a autosabotearnos de nuevo y comenzar a subir y a subir, y que cuanto más vemos subir la báscula más problemático es parar y retomar las riendas y el control de nuestro cuerpo, como si de un caballo desbocado se tratara.

Llevo desde ayer dándole vueltas porque puedo ser yo la siguiente, y creedme, que no me gustaría... No se lo deseo a nadie. Porque bastante trabajo supone recuperar un peso aceptable, como para ver después que tus esfuerzos se van por la borda. No pretendo con este post juzgar a Juanma. Nada más lejos de mi intención, me parece un tipo super honesto consigo mismo y con los seguidores de su blog, que somos muchos. Siempre ha comentado todo, cuando va bien y también cuando ha ido mal con la dieta y pienso que compartir esos momentos de debilidad es lo que nos ayuda a aprender a todos. A mí desde luego, lo que me enganchó a su blog fue precisamente esa manera tan honesta de narrar su historia con la dieta Dukan.

Pero volvamos a la pregunta del principio. ¿Qué es lo que puede hacer que tras el esfuerzo titánico de haber logrado nuestro objetivo tiremos por la borda el objetivo y el trabajo?

Pues la respuesta ha venido a mí esta tarde mientras preparaba un tema del curso que tengo en marcha: Coaching para el Éxito Financiero y Personal, todo está en nuestra cabeza, en forma de archivos obsoletos que seguimos guardando como si fueran actuales, pero no lo son y lo único que logramos con ellos es autosabotearnos la vida una y otra vez.

Y podemos hablar del aspecto financiero, pero si lo aplicamos al aspecto personal y en este caso a la obesidad es lo mismo.

Nosotros pertenecemos a una generación que vive en la comodidad de una vida aburguesada. Nuestros abuelos y nuestros padres no lo tuvieron tan fácil. Sólo dos generaciones atrás, aunque se nos haya olvidado, hubo una guerra, un periodo muy largo de carencia social, de pobreza, escasez... Las familias tenían unas cartillas que les llamaban "de racionamiento" en la que aparecía las cantidades que les correspondían semanalmente de determinados alimentos de primera necesidad (harina, aceite, leche...) y hacían grandes colas para ir a recoger los suyo el día que tocaba reparto. Esto se nos ha olvidado, pero yo que he tenido padres mayores son anécdotas que he escuchado en mi casa de niña muchas veces, y como yo, seguro que mucha gente. La consigna era "come ahora lo que puedas que vete a saber si mañana podrás comer algo", porque NO HABÍA en muchos casos para comer como tenemos ahora, que vas al frigo y coges lo que quieras.

Igual hemos oído decir muchas veces aquello de "cuando seas grande, comerás huevos" y no sabemos el por qué del dicho. En aquellos tiempos de postguerra a cada familia le tocaban un número muy contado de huevos, y cuando se hacía un huevo frito, se le daba al cabeza de familia (al padre) que era quien tenía que ir a trabajar, en trabajos muchas veces físicamente agotadores, y necesitaba toda la energía que pudiera dársele en forma de comida. Por eso, a los hijos, cuando miraban hambrientos al padre comerse "su huevo" les decían que cuando fueran padres comerían huevos, como en aquel momento lo hacía su padre. Alguno tuvo más suerte y comió huevo de chico, uno que freía su madre y tenían que untar entre todos los hermanos, y esto os prometo que no me lo invento.

Han pasado las décadas y vivimos en una época en la que no pasamos hambre, pero seguimos, nunca mejor dicho, con el chip en la cabeza de la escasez y el hambre.

En aquellos tiempos, los hombres tenían trabajos físicamente agotadores, y las mujeres también, porque no había lavadoras, ni friegaplatos... incluso la fregona se inventó años más tarde así que los suelos se lavaban de rodillas con un trapo, como hemos visto hacer a la Cenicienta en la película de Walt Disney. Así que todos necesitaban comidas energéticas, alimentos que con poca cantidad les diera la energía necesaria para enfrentar a un duro día de trabajo. Y lo mismo los niños, entonces se jugaba en la calle a tantos juegos puramente psicomotrices como pudiéramos imaginar.

Hoy en día en muchas casa se siguen poniendo raciones de potaje a niños y mayores que seguramente no son necesarias en muchos casos, ya que el trabajo tanto de niños como de adultos suele ser bastante sedentario en general. Y así, la obesidad está servida en nuestra sociedad como plato principal.

Y detrás de esto ¿qué hay? que somos ricos, pero seguimos alimentándonos como pobres, o más bien comiendo, tragando, deglutiendo como los pavos que preparan para ser sacrificados, que les ponen un embudo en la boca y ala, a meterles pienso. Y si esto os parece exagerado, fijáos en cómo se les da de comer a los bebés y niños muy pequeños, como si se fueran a morir de hambre a la vuelta de la esquina...

Y de aquí derivan tantos comportamientos de muchas madres y abuelas para que comas un poquito más (y da igual que tengas 3 que 30 años, ellas insisten), para que en cuanto te ven adelgazar se preocupen, porque se te ve tan sano y tan gordo... O como se nos decían hasta hace no tanto tiempo a las mujeres, "Uy, ¿has mejorado, no? ¡¡se te ve más gorda...!!".

Sería importante en cada caso cazar todos esos archivos inútiles que seguimos almacenando en torno al mito de la comida, desprogramarlos y poner en su lugar otros que potencien actitudes sanas frente a la comida y la nutrición.

Entonces no habría efectos rebotes ni autosabotajes ni otro problemas psicológicos relacionados con la obesidad.

Seguiré pensando esto y, quién sabe, tal vez lo siguiente que haga sea crear un curso de Coaching para el Éxito con su Dieta y su Imagen Personal.

Suena bien, ¿no?

¡¡Saludetes!!

Mónica Alvarez

4 comentarios:

  1. Ahhh es que somos tan complicados los humanos, verdad Moni? yo llegue a pesar 81Kg, luego de un par de años llegue a los 54,4Kg. Pero no los pude mantener, ahora estoy en 59 y luchando para volver a los esbeltos 54. Ahora no me veo gorda, ya me habras visto por mis fotos del face, pero cuando peso menos de lo actual, ya lo quiere de vuelta jeje.

    En mi caso rebote estos kilos por descuidada, no creo que haya querido autosabotearme, fue simplemente que me canse de la dieta y me di más gustitos de los debidos, pero lo pase tan bien!! jaja y ahora a pagar las consecuencias, de vuelta a bajar kiletes :)

    Éxitos con tu dieta!!! aunque no soy para nada fan de la Dunkan, espero que tengas mucho éxito ;)

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  2. Ceci!! Qué sorpresa!! Muchísimas gracias por tu comentario!!

    ¿Cuánto mides? Algo que estoy descubriendo con la dieta Dukan es que el peso ideal que marca en el IMC muchas veces es "demasiado ideal". Quiero decir, que yo por ejemplo según el IMC que me corresponde debería pesar 52,5 Kg. Según el cuestionario que respondí en la página del doctor Dukan mi peso justo estaría en 59,5 Kg. Explica que no es lo mismo tener 20 años, que tener 40, haber pasado tres embarazos... Con la edad se van cogiendo gramos, con los embarazos también... Con lo que muchas veces el peso ideal que nos marca la báscula no sólo es ideal, sino irreal e inalcanzables.

    Y esto no lo dice solamente el doctor Dukan, que no tiene muy buena fama por ahí (cosa que a mí no me afecta). Mi ginecólogo hablando en mi último embarazo le quitó bastante hierro al tema del peso y nos contaba que en muchos embarazos de esos que la mamá coge 20 kilos o más, ocurre que venía de estar posiblemente por debajo de su peso, de un peso que tal vez le han marcado como ideal, pero que para su caso en concreto era seguramente escaso.

    Por esto te digo que no te agobies por estos kilillos "de más", porque a lo mejor no son de más, son simplemente tuyos y tu pasaporte a una buena salud mental. A lo mejor tú misma con esos esbeltos 54 no estarías igual de bien anímicamente como estás ahora.

    El cuerpo es muy sabio. Si tu cuerpo cosiguió bajar casi 30 kilos en dos años, y ahora no consigues bajar esos 5 kilos que desearías quitarte, a lo mejor es que tu metabolismo los necesita aunque tú no te dés cuenta, o aunque las modas dicten que están ahí de más.

    Nuestros cuerpos se conocen a sí mismos más que nosotras, je, je. Mil besos!!!

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  3. Jeje, pues si, es cierto que nuestros cuerpos saben más que nosotras :) y es cierto que el peso ideal, es idealísimo! yo mido 1.60m asique tanto con 59 como con 54 estoy bien de salud y no me veo gorda. Y eso es lo que más me importa, aunque esteticamente me sentía muyy bien con 54. Por eso los quiero de vuelta jiji


    A mi no me gusta Dunkan, ni ninguna cetogenica porque no te enseñan hábitos saludables para el resto de tu vida, esas dietas de andar pesando gr de comida, calculando proteinas y queriendo morirte por si comiste un gramito extra de carbohidratos no me parecen realistas. Por lo menos no para un enfermo de obesidad, una enfermedad crónica que necesita un seguimiento y control de por vida. Y si es más llevadero, uno tiene más chances de mantener los logros.
    Por eso estas dietas no me gustan, eso de andar en "fases" que te saquen la fruta, la verdura, tanto que tengas que andar poniendole salvado a todas las comidas, no es lógico. Lo mismo como la dieta del coma y adelgace, una burrada total, una semana cetogénica, otra semana a pura verdura, otra semana a pura grasa...es un sin sentido.
    Será que soy tan crítica con esto porque yo misma que siempre había sido gordita y hasta tecnicamente obesa (imc 31) la única vez que pude cambiar mi cabeza, mis habitos, mi forma de ver a la comida fue cuando de apoquito fui probando cosas nuevas, mermando las porciones, haciendo mas ejercicio, aprendiendo a cocinar! y no me sacaron el pan, podía comer un migñon entero y no las tipicas tres galletitas insípidas de agua jeje.
    En fin, que me suuuper enrollo, pero estos temas como futura nutri y ex obesa me fascinan :)

    Vos cuanto medis?? perdiste cm de altura con tus embarazos?

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  4. Hola Mónica! Hola Ceci!

    Aquí me paso a comentar, como me habías pedido, porque este post es interesantísimo. Tienes toda la razón con las ideas que tenemos de cuando la postguerra, seguimos comiendo y haciendo comer cantidades exageradas. Yo me estoy dando cuenta ahora, antes lo veía de lo más normal... pero es que además, antes los pucheros y demás comidas calóricas eran hechas con mucho amor y fuego lento, seguramente nada que ver en salud con las comidas preparadas de las que solemos tirar (o solíamos) cuando no tenemos ganas de invertir tiempo en la cocina. Yo reconozco que fue independizarme y engordar cual ceporra, más que nada porque aunque antes también estaba con sobrepeso, quieras que no una madre hace comida más sana que la que hacía yo (pasta, pizza, etc)

    Aparte, quería comentarle a Ceci que tiene razón, pero como seguidora del método Dukan, hay que reconocer que aunque no es ni esta ni ninguna dieta ideal, por lo menos la Dukan es efectiva y motivadora. A mí por lo menos me ha enseñado a identificar bien los diferentes grupos de alimentos, a reflexionar en lo que comía y cómo comía, a saber lo que más engorda y lo que se puede comer sin miedo... Y no, no es como lo presentas tú, ni tenemos la verdura prohibida (la fruta sí, en las dos primeras fases) ni echamos salvado a todas las comidas. Eso sí, que seguramente tendrá un precio a pagar, pues no lo sé, pero sé que ahora con 38 kilos menos me siento mucho mejor, los análisis me salieron muuuuy bien (y tengo los resultados de los que me hice hace poco, la semana que viene, espero que bien) y mis pies, mis rodillas.. lo agradecen. Claro que no es sano estar pendiente de lo que como, tal vez ahora estoy tan obsesionada que para quien lo vea desde fuera pensará que estoy como una regadera, pero lo mío me ha costado perder esos kilos y ahora no quiero tirarlo por la borda. Me da mucho miedo el efecto rebote, pero una cosa sí tengo clara... no quiero que me pase y estoy mentalizada de que mi salud, pasa por mí, y sin excusas que valgan.

    Un beso y gracias por este post y los comentarios, me ayudan a pensar. Y feliz navidad!!!

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