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sábado, 2 de mayo de 2009

Lactancia y felicidad

Mi hija tiene un reloj interno que le avisa de cuándo tiene hambre. También le avisa de cuándo lo ha saciado. Si no tiene hambre no habrá nada que le convenza de que tiene que continuar comiendo.

Desde sus primeras horas de vida toma teta a demanda que con los meses se ha ido complementando con otros alimentos más o menos sólidos. Come cuando tiene hambre y si no quiere más no se le obliga a continuar ni se le intenta engañar con argumentos más o menos sólidos que sólo engañan a los adultos convencidos de lo que están diciendo. Ella come porque tiene hambre y si no lo tiene, deja de comer.

Todos tenemos ese avisador interno que nos dice cuándo estamos saciados. El primer problema es que nos acostumbraron desde pequeños: come más, no dejes nada en el plato, te vas a quedar pequeño, mira tu hermano que se lo comió todo, si no comes mamá no te va a querer más, como no acabes pronto se lo va a comer el abuelito... Y el segundo problema es que nos lo creímos.
Yo quiero volver a sentir ese instinto que me dice cuándo he de parar de comer porque ya no necesito más. A veces lo oigo y le hago caso. Otras veces lo oigo como de fondo pero me doy cuenta tarde de que la voz era para mí.





Mi hija es feliz con su teta. Aunque come otros alimentos y come ella sola con su cuchara y su tenedor, a sus casi 23 meses no perdona sus tiempos diarios para disfrutar del contacto con su madre y del alimento sagrado. Y a mí me encanta compartirlo con ella.
¿Sabíais que dar pecho es un quemador de calorías?
Otro día os cuento.

7 comentarios:

  1. y como nos olvidamos de ese avisador interno? Porque a mi que cuesta escucharlo, si es que realmente lo escucho que tampoco lo sé

    La niña, preciosa :-D

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  2. ¡Qué bonita!
    Efectivamente, ese avisador interno que no sabemos respetar (me incluyo, me incluyo) y que poco a poco hacemos que los niños tampoco respeten. Que llora, pues una galleta, que protesta mientras hacemos las compras, un trozo de pan... Y no nos damos cuenta de que así, les enseñamos a calmar su tristeza o sus frustraciones con la comida, y de que eso es lo que seguirán haciendo toda su vida. Pienso que la mejor manera de evitar desórdenes alimentarios en la edad adulta es comenzar desde niños...
    ¡Animo con la dieta!. Yo también ando en ello. En mi primer embarazo, me quedaron cinco kilos de más, que perdí en nueve meses. En el segundo, me quedaron ¡dieciocho! (ni te cuento lo que había engordado). Ahora que la niña tiene casi un año, aún tengo seis de más... pero como dices, cada kilo bajado es importante (sobre todo para la autoestima)...

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  3. Hola Maite! Pues ese avisador interno sigue ahí, aunque no le hagamos ni caso. Es toda una reeducación volver a sentirlo. Yo llevo tiempo en ello y a veces me doy cuenta claramente y paro de comer, porque, efectivamente no tengo más hambre y me doy cuenta de que lo que estoy haciendo es "acabar lo que hay en el plato" porque eso es lo que he aprendido. Otras veces lo oigo, pero tan flojito, que sigo comiendo. Pero está bien, porque aunque no haya parado, lo he escuchado, sé que está ahí. No es fácil, pero se puede lograr. Hemos perdido nuestros instintos a tantos niveles...

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  4. Yo no veo tanto problemas en ofrecerles comida como en que ésa salida sea la única que utilicemos. Hemos perdido la cultura de los arrullos, las nanas, los abrazos (aunque poco a poco se va recuperando) y es verdad que la salida fácil es darle algo de comer y que nos deje tranquilos otro rato. Pero ésa es una cuenta pendiente nuestra, que nos estamos perdiendo los mejores años de nuestros niños por andar corriendo de un lado a otro buscando emociones que nos sacien. Gracias por el comentario, después de Maite que es una buena amiga, eres la primera persona que se anima a contestar. Me alegro de que al menos 2 personas lean mis desvaríos :P Un abrazo!

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  5. Rose, ánimo para tu régimen también! Es verdad que cada kilito bajado es una gran vistoria. Espero que te sirvan de provecho los posts.

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  6. Qué bien escribes. Me gusta leerte. Sigue asi. Tu prima. Yoli

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  7. Hola Yoli! Tarde pero seguro... Me alegra que disfrutes leyéndome. Un abrazo muy fuerte!!!

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