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Mi progreso:

domingo, 31 de mayo de 2009

Tras las vacaciones


Se acabaron las vacaciones, pero como todavía queda todo el verano es menos triste.
Lo triste es la vuelta a la balanza. He de decir que esta mañana se me olvidó pesarme en ayunas, así que no sé cuánto cogí estos días. Es cierto que no me noto especialmente pesada y que mis pantalones no se han quejado mucho, me quedan más o menos como antes.
Para no desanimarme, he pensado hacer un plan de acción estos días y pesarme a final de semana, para compensar lo que probablemente haya ganado.
Y es que ¡qué difícil es no dejarse llevar por los menús de vacaciones!!!



domingo, 10 de mayo de 2009

Qué contenta estoy!


Pues no veais la sorpresa que me he llevado hoy!!

Llevaba unos días un poco plof por temas que no vienen al caso. Esto ha sido el detonante para que estos días haya sido muy poco estricta con lo que como. Digamos que me he permitido demasiadas "licencias". También ocurre que la semana que viene me voy de vacaciones y esto me preocupa, no las vacaciones en sí (que tengo unas ganas...!) sino el hecho de que cuando estoy fuera la ansiedad que me produce estar lejos de casa me lleva a comer más. Es como si al saber que total, me voy a pasar de todas formas, pues qué más da comenzar a hacerlo ya.

Así que por aquí andaba desanimadilla, estos días de atrás al pesarme veía que había vuelto a +87 y ya me veía "de culo, cuesta abajo y sin frenos".

Pero hoy, primera sorpresa al pesarme esta mañana (según me levanto con la ropa de dormir y después del primer pis) que estaba en 86'5!!!!!

La segunda ha sido que al pesarme en el peso en casa de mi hermana (hemos ido a comer) había bajado 2 kilos con respecto a lo que pesé la vez anterior que fuimos hace 3 semanas!!!

Me he quedado más contenta, como que al final tampoco me he pasado tanto estos días...

Esto me ha dado muchos ánimos para no desfallecer estos días de vacaciones y volver, como poco, igual que me he ido.

Un abrazo muy fuerte a todos!!!

Sobrepeso y riesgo de aborto


Me quedé alucinada la primera vez que vi estas palabras juntas, no me lo podía creer.
Voy viendo en los últimos tiempos cómo la obesidad está siendo cada vez más donostada. Para muchos profesionales de la salud es en sí una enfermedad. Aquí no caben distinciones, si estás gordo, estás mal visto; automáticamente se te tacha de ser una pesona sin capacidad de autocontrol, tanto en la comida como en otras cosas. Hacía tiempo que no veía criminalizar algo de una manera tan flagrante.
Busqué en google las palabras "obesidad" y "aborto" y no sabéis la de estudios que salen publicados en los que se asegura que, si has tenido un aborto y eres obesa, tienes: 1. Mucha propensión a tener un segundo aborto; 2. Si vuelves a tener un aborto es a causa de la obesidad.
¡Como si ser obeso fuera la única causa para que se produzcan pérdidas en el embarazo!
Yo perdí mi primer embarazo siendo obesa y mi segundo embarazo, siendo también obesa, prosperó y tengo una niña preciosa!!! Me dirán que es casualidad, que es la excepción que confirma la regla... Así yo también soy científica...
Estoy muy cabreada con este tema, porque me parece que no añaden nada nuevo (hay muchas mujeres que no son obesas y también pierden sus embarazos Y hay muchas otras causas por las que un embarazo puede malograrse), sólo estigmatiza aún más a un colectivo de personas cada vez más grande en este país.
Que digo yo, que si fuera tan fácil perder peso, todos seríamos delgados ¿no?Es cierto que un exceso de peso puede alterar el frágil equilibrio hormonal y con ello dificultar tanto la concepción como la implantación del óvulo en el útero. Pero sería cuestión de ver cada caso por separado, y ver cuántas mujeres en su peso ideal tienen estos mismos problemas, derivados de toda la mierda de contaminantes y basura ambiental que respiramos todos los días y que se concentra en mayor medida en el útero y placente.
Me parece la misma hipocresía de siempre, causas simples que no explican para nada un tema tan complejo como son las pérdidas gestacionales.
Y una manera indirecta que les da pie para no hacer investigaciones serias que arrojen verdadera luz sobre este tema tan doloroso.

jueves, 7 de mayo de 2009

Barreras psicológicas


Pues pasan los días y sigo igual. Estoy en el mismo peso que en el último post que os hablaba de ello. La aguja de mi báscula oscila en la rayita del 87. Unos días es un poquito más, otros un poquito menos, como ayer y hoy.


Tengo ganas de rebasar la siguiente, el 86. Aunque ya hace tiempo que comnprendí la dinámica de mi cuerpo. Yo nunca he pesado una cantidad fija. Hay mucha gente que pesa 65, por ejemplo, o 57. Yo no. En mi caso voy oscilando entre una rayita y otra, unos días más arriba, otros, más abajo.


Por regla general, cuando he querido bajar peso siempre hay una primera época en la que, a pesar de no bajar kilos de báscula, vot perdiendo volumen. Llegado a un umbral, ya comienza a verse en números.


Y cuando bajo, ocurre los mismo. Estoy unos días como en fase de asimilación del nuevo peso y de bajada de volumen. Hoy por ejemplo al levantarme esta mañana y verme en pijama me he notado más esbelta. Pasarán aún unos días hasta que mi báscula lo note.


Me da cierto miedo que la semana que viene me voy de vacaciones y siempre suelo coger peso. Hasta que no vuelva no lo sabré, pues aunque pueda pesarme por ahí, me fío de lo que me dice mi báscula de casa. A ver, si me puedo mantener al menos.

sábado, 2 de mayo de 2009

Lactancia y felicidad

Mi hija tiene un reloj interno que le avisa de cuándo tiene hambre. También le avisa de cuándo lo ha saciado. Si no tiene hambre no habrá nada que le convenza de que tiene que continuar comiendo.

Desde sus primeras horas de vida toma teta a demanda que con los meses se ha ido complementando con otros alimentos más o menos sólidos. Come cuando tiene hambre y si no quiere más no se le obliga a continuar ni se le intenta engañar con argumentos más o menos sólidos que sólo engañan a los adultos convencidos de lo que están diciendo. Ella come porque tiene hambre y si no lo tiene, deja de comer.

Todos tenemos ese avisador interno que nos dice cuándo estamos saciados. El primer problema es que nos acostumbraron desde pequeños: come más, no dejes nada en el plato, te vas a quedar pequeño, mira tu hermano que se lo comió todo, si no comes mamá no te va a querer más, como no acabes pronto se lo va a comer el abuelito... Y el segundo problema es que nos lo creímos.
Yo quiero volver a sentir ese instinto que me dice cuándo he de parar de comer porque ya no necesito más. A veces lo oigo y le hago caso. Otras veces lo oigo como de fondo pero me doy cuenta tarde de que la voz era para mí.





Mi hija es feliz con su teta. Aunque come otros alimentos y come ella sola con su cuchara y su tenedor, a sus casi 23 meses no perdona sus tiempos diarios para disfrutar del contacto con su madre y del alimento sagrado. Y a mí me encanta compartirlo con ella.
¿Sabíais que dar pecho es un quemador de calorías?
Otro día os cuento.