Mi nueva ruta

Mi progreso:

lunes, 13 de julio de 2009

21 días sin comer



Anoche reponían este programa y aproveché para verlo.

No me cogía de nueva. Va a hacer diez años que hice mi formación como terapeuta de familia y el máster lo dirigía el equipo que trabajó en Guipúzcoa la baremación y adaptación de las baterías de tests y programa terapéutico de lo que ya era un boom en Inglaterra. Vimos a muchas chicas con trastornos de alimentación y a sus familias, tanto para evaluar el trastorno como para llevar la terapia dentro del programa. Me empapé mucho de esta problemática que atañe (igual que los distintos trastornos adictivos) no sólo a la enferma sino a su familia, cuyas dinámicas suelen ser causa y consecuencia del trastorno.

Os pongo aquí un link a la página de la cadena por si no conocéis el programa: http://www.cuatro.com/21-dias/reportajes/2-21-dias-sin-comer/

Aunque ya conocía la problemática me impresionó mucho el progresivo deterioro psicoemocional de la periodista en tan sólo 21 días.

Para conocer de primera mano cómo viven las personas aquejadas de este trastorno se propuso no comer en todo ese tiempo más que agua e infusiones.

Un equipo médico le hizo un seguimiento físico y psíquico. La psicóloga Rosa Calvo con la que habló, le advirtió desde un principio de lo sencillo que es habituarse (engancharse) a adelgazar. El cuerpo, lejos de sentirse deprimido va entrando en una dinámica de aumento de energía que culmina en una hiperactividad. La falta de alimentación provoca desórdenes psíquicos con síntomas depresivos como tristeza; pensamientos obsesivos en torno a la comida, el peso; pensamientos distorsionados en relación al aspecto y las espectativas que se tienen de él. Y otras cosas más que veréis si tenéis ocasión de ver el programa. No tiene desperdicio porque es lo mismo que vi yo en el programa en el que participé y porque es exactamente lo que le sucedió a Samanta Villar, periodista y presentadora del programa.

Ella misma se sorprendía de lo sencillo que le resultaba el ayuno. Lo agradable que es perder peso y sentirse llena de energía (sobre esto hablaremos en otro post, las toxinas que acumulamos en el cuerpo, sus consecuencias y los bien que se siente uno cuando se las quita de encima), lo que mosquea subirse a la báscula y ver que no se ha bajado todo el peso que se pensaba...

En 21 días adelgazó 6 kilos. Bajó dos puntos del índice de masa corporal, por debajo de lo sano. Tenéis aquí un vídeo donde explican esta parte: http://www.cuatro.com/21-dias/videos/21-dias-samanta-pierde-kilos-muestra-ansiedad/20090302ctoultpro_35/

6 kilos no son tanto, y sin embargo, sus niveles de ansiedad aumentaron drásticamente. Ella misma admite que comienza a no ver dónde están los límites entre lo sano y la enfermedad. Comienza a desear continuar con la dieta (porque ella se ve muy bien así). La psicóloga le recomienda parar aquí porque está en el comienzo de un trastorno real y lo más grave es que ella misma comienza a no ser consciente de ello.

Lo que más claro quedó es algo que se sabe desde el principio que se comenzó a tratar esta enfermedad: que es un cuadro sistémico que afecta a muchos sistemas de la persona (físico, psíquico, emocional, bioquímico, social, familiar...) y que se retroalimenta afectando a cada sistema como las ondas que hace una piedrita lanzada a un estanque. Pero que, el primer paso para la sanación es lograr que estas personas recuperen el peso adecuado a su altura porque si no se da este requisito, es imposible reconducir los síntomas depresivos asociados. Ya que una mente sana sólo se da en un cuerpo sano. Y es primordial tener un peso adecuado para que la mente está en forma, si no. la terapia está condenada a fracasar.

Esto para que seamos conscientes de lo que supone bajar peso de golpe, sin una dieta equilibrada, sin un apoyo emocional. Meterse en un trastorno de alimentación es la cosa más sencilla del mundo. Salir de él puede suponer años y años de sufrimiento.

Esto para que nos achuchen para hacer dieta, para "caber" en unos patrones de moda que dentro de unos años cambiarán, para entrar por el aro de lo estéticamente correcto.

2 comentarios:

  1. no sabia que afectase a tantos niveles

    ResponderEliminar
  2. Yo lo que no entiendo es la manida frase de "que alguien externo" nos achucha a hacer esto o aquello... Qué mecanismo tan bueno buscar fuera lo que está dentro. :P

    ResponderEliminar